A pesar de que el coste inicial de instalar fuentes de luz convencionales es más bajo que el de las luces LED, los gastos de instalación y mantenimiento de la iluminación LED son muchísimo más bajos. Las luces LED tienen una vida útil más larga y unos gastos de mantenimiento y recambio de lámparas más bajos. Como las luces LED se cambian con menos frecuencia, las empresas gastan menos dinero en comprar nuevas lámparas y en pagar la mano de obra del recambio. Las luces LED consumen también menos energía, por lo que el coste total de tener un sistema LED es considerablemente más bajo que el de los sistemas convencionales de iluminación.